La Altea marinera

Tomando como punto de partida la estación del trenet subiremos hasta el Camí Vell d’Alacant pasando por el Conservatorio de Música de Grado Medio, ubicado en el remodelado edificio del antiguo Colegio Foyeta, que en su día fue la primera Facultad de Bellas Artes de Altea.

Justo en ese punto entramos en el Casco Antiguo de Altea. Las calles se estrechan y dan lugar a paseos que nos llevan hasta el antiguo barrio de los pescadores. Este barrio celebra sus fiestas en honor a San Pedro y la Virgen del Carmen en junio y julio, alternándolas como manda la tradición para coincidir con el día de su Patrona y Patrón.

Una zona que, como es habitual en el Casco Antiguo, tiene formas laberínticas heredadas de nuestros antepasados musulmanes, y que nos llevará hasta la Calle Pescadores que en su día fue arteria principal de este modesto y pequeño barrio y que en la actualidad es una de las zonas mas cotizadas y buscadas por su ubicación.

En esa misma calle se encontraba el horno y despacho de pan de Ximo el brut, que todavía hoy es uno de los más conocidos.

De este barrio han salido platos gastronómicos, humildes en su origen, que se han convertido en los más destacados de la cocina mediterránea autóctona, como el Arrós amb aladroc (paella de arroz con boquerones) Cruet de peix (guiso de pescado) o Guisat de polp (guiso de pulpo) entre otros.

Mapa de este paseo:

También en el corazón de este barrio se encontraba la antigua tintorería que teñía de azul la ropa de los marineros alteanos.

Bordeando estas calles bajamos hasta la zona más moderna de Altea, el Paseo del Mediterráneo y la Calle San Pedro, plagados de restaurantes, bares, pubs y dos hoteles.

Calles visitadas cada año por miles de turistas aunque tiempo atrás fue una tranquila zona a orillas del mar  donde se tejían las redes que los marineros llevaban en sus barcas. Hasta no hace mucho las puertas principales de las casas de este barrio marinero estaban vestidas con cortinas de red azul o marrón.

Si seguimos con ganas de pasear podemos dirigirnos hasta el puerto pesquero y visitar su lonja en la que cada tarde a la caida del sol, cuando las barcas vuelven de faenar, se subasta el pescado.

Una zona en la que los antiguos astilleros y caldera se han sustituido por edificios donde se encuentra la sede de la Cofradía de Pescadores, pero que no ha perdido nada de encanto con el paso del tiempo y que merece la pena visitar.

Ahora tu decides si quieres descansar, volver a la estación que está muy cerca o conocer mas rutas sobre Altea.