Moli de Bellaguarda
Se encuentra entre la calle Costera del Mestre la Música y la Plaza del Agua, donde una pasarela metálica elevada permite el paso y se pueden ver los restos del molino.
El Molino de Bellaguarda, también conocido como el Aljub, es un fascinante vestigio de la Altea medieval y tiene una importancia patrimonial extraordinaria. Aunque la época medieval dejó poca huella en Altea, este molino hidráulico destaca como un testimonio de la antigua cultura del agua que tanto marcó la región.
Operativo probablemente entre los siglos XIV y XVI, el molino de Bellaguarda se encuentra en las faldas de la antigua colina sobre la cual se erigió Altea. Su estructura está estrechamente vinculada a la alquería medieval de Bellaguarda, ofreciendo una ventana al pasado.
El molino era abastecido por la Séquia Blanca, una antigua acequia que, en tiempos medievales, llevaba agua desde un ramal del actual Pla del Castell hasta esta impresionante estructura. Hoy, pasear por sus alrededores te permite imaginar cómo este ingenio hidráulico jugaba un papel crucial en la vida diaria de la época.
Lo que conocemos como «l’Aljub» es la estructura conservada de un antiguo molino hidráulico vinculado a la alquería medieval de Bellaguarda y situado a una cota relativamente alta de la antigua colina sobre la que más tarde se levantó Altea, en particular el arrabal de Les Costeres a lo largo de finales del siglo XVII y el S. XVIII. Estaría abastecido por una antigua acequia, la denominada como Sèquia Blanca, que en época medieval podría dar agua a este Molino de Bellaguarda desde un ramal procedente del actual Pla del Castell; acequia que servía a las demandas hidráulicas más antiguas del territorio alteano, y que corría por el denominado Caixer Alt.»
Texte parcial del Catàleg de Ben Patrimonials d´Altea. Autors: Miguel del Rey, Pere Soler i Jaume Martínez
Imagen de Visitaltea