Cala del Soio, paseo

De vez en cuando desde el Ayuntamiento se organizan visitas guiadas a lugares de Altea poco conocidos, o que conocemos sólo a medias.
Una de estas visitas organizadas y guiadas por expertos en la materia ha sido a la cala del Soio, amenazada por intereses urbanísticos y que esconde pequeños tesoros que debemos proteger.
En la visita se visitaron varios puntos de interés como son:
 

Villa Gadea

Su arquitectura: Una planta a la italiana, inspirada en el palladianismo e interpretada desde posicionamientos eclécticos que introducen un grado de modernidad evidente con la incorporación de nuevos materiales para la época como los que construyen la cúpula piramidal central. El neogoticismo epidérmico marca la fachada, con soluciones constructivas en ocasiones radicales y en otras resueltas con oficio.

En 1890 se acaba el edificio y en agosto de 1898 se consagra la capilla de la Villa de los Ángeles. La autoría del proyecto es del arquitecto y político, vinculado a la aristocracia valenciana José Juan Camaña i Laymón (1850-1926) que se formó en la escuela de Arquitectura de Madrid y se licenció en derecho por Valencia, trabajo para el Marqués de Campo, alcalde de Valencia mientras Vicente Gadea era Rector de la Universidad. El arquitecto destaco por su adscripción al neogótico innovador, como nos demuestra en su obra alteana. Obras suyas son el Asilo del marqués de Campo en Valencia (1882) y la Colegiata de Játiva (1884).




 

La Illeta

Pequeña isla situada en la bahía de La Olla, referente paisajístico y visual de toda esta costa entre la Galera y Cap Negret, con una superficie de unos 250 m2. Su orografía en forma de pequeña colina erosionada por el lado de levante y de pendiente más tendida por el oeste, es un lugar de visita de bañistas y embarcaciones

Históricamente ha sido un lugar de referencia para embarcaciones de pesca y comerciales ya desde época romana, lo que hace que su valor paisajístico se sume al arqueológico y medioambiental. Hasta hace poco tiempo los castillos de fuego de Sant Llorens arrasaban la poca vegetación y fauna del islote, práctica prohibida en la actualidad.

El entorno de la Illeta y por extenssión de la Cala del Soio incide en parte sobre parte del ámbito del Parque Natural de “La Serra Gelada y su zona litoral” . El hábitat mejor representado son los pastizales anuales de Thero-Brachypodietea y los matorrales termófilos. Sin embargo, y por su especial relevancia, merecen destacarse los relacionados con la duna fósil (dunas con vegetación esclerófila del Cisto-Lavanduletea; matorrales halófilos; y dunas litorales con Juniperus, así como la vegetación de acantilados con Limonium endémicos. En la zona aparece, además, como especie vegetal prioritaria, la Silene hifacensis, sin perjuicio de otras especies de interés presentes en la zona como Asperula paui subsp. dianensis, Biscutella montana, Teucrium hifacense o Limonium parvibracteatum. En el medio marino, aparecen como especialmente relevantes las mencionadas praderas de Posidonia y Cymodocea, aunque también deben destacarse otros hábitats, como las cuevas marinas o los arrecifes.

En cuanto a la fauna, cabe destacar las aves marinas, entre ellas el paiño común (Hydrobates pelagicus), el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis) y la gaviota de Audouin (Larus audouinii), aunque también son relevantes las rapaces como el halcón peregrino (Falco peregrinus). En cuanto al ámbito marino, son numerosas las especies animales que merecen una mención por su importancia o estado de conservación. Entre ellas, cabe indicar al vermétido (Dendropoma petraeum), la nacra (Pinna nobilis), además númerosos táxones de peces, crustáceos y otros invertebrados que encuentran en estos fondos las condiciones adecuadas para prosperar, y que a menudo unen a su valor natural un innegable interés económico por su carácter de recurso pesquero.” *(Información facilitada por el Ajuntament d´Altea)




 

Interés arqueológico Illeta.

La isleta de la Olla se encuentra a 400 m de la costa y su yacimiento tiene una extensión de 3200 m2. Se encuentran restos de estructuras derrocadas probable evidencia de las estructuras de vivienda. Se ha registrado material cerámico con una amplia cronología desde el siglo I a.C. hasta finales del siglo XIII d.C.

 

Playa Olla y Cap Negret

En las Playas de la Olla y de Cap Negret,  se localizan yacimientos subacuáticos con un rico patrimonio sumergido que aporta materiales desde época romana hasta la actualidad. En 1993 y 1994 se realizaron diversas campañas de prospección arqueológica que confirmaron la existencia de un fondeadero utilizado desde época romana hasta mediado del siglo XX.

 

Cova del Flare

Se trata de una formación geológica que forma parte de la Playa Fósil situada al norte de Cap Negret; playa que presenta una serie formas y una particular erosión que produce grutas y concavidades, bufadors y respiraderos en la zona de la costa.

En una de estas cuevas se ha desarrollado una leyenda que está dentro del imaginario colectivo de Altea.

Esta leyenda recogida por Francesc Martínez (1926, 63 y ss.) cuenta que el hermano mayor de un matrimonio de marineros contrajo la viruela y su madre pidió la intercesión de San Francisco con la promesa de vestir al niño con hábito de franciscano si sanaba. El niño se curó y su madre cumplió la promesa vistiendo al niño de fraile durante dos años, por ello se le quedó el apodo de el Frare. Este frare se enamora de la joven Bajoan que está enamorada de su hermano. Una noche de pesca en la Illeta, en mitad de una tormenta, los dos hermanos se pelean por el amor de Bajoan, el Frare hiere a su hermano, cree que lo ha matado y se lanza al mar, las olas lo arrojan contra las rocas del Cap Negret. Al día siguiente el cuerpo del Frare aparece muerto en la cueva. Cuentan que durante años se aparecía a los marineros un duende de doce años vestido de fraile alargando los brazos hacia ellos.

 

Nidos de amatralladora

El nido de ametralladoras o búnker, como es conocido popularmente, proveniente de la Guerra civil y existente en la Playa de Cap Negret es el que se encuentra en mejor estado de entre los cinco construidos a lo largo de los años 1937-1939. Son las típicas estructuras militares de hormigón con muros y cubierta de gran sección, puertas en sifón y escotillas horizontales para defensa abiertos hacia el mar.




Villa Garcia Altea

 

Villa García

Palacete academicista que remodelado y subdividido sigue conservando el carácter de elemento exento y su estructura de fachadas y cubierta. Compuesto por dos crujías y una fachada simétrica de cinco vanos en fachada con dos niveles, cubierto a cuatro aguas y con un frontón ecléctico en el centro de la cornisa. Conserva algunos elementos de interés de la arquitectura original: carpintería en puertas y ventanas, cristaleras historicistas y sobre todo ello, los balaustres y el pomo de la antigua escalera, hoy reubicada. A los que se unen paneles cerámicos  que se atribuyen en su diseño inicial al arquitecto A. Gaudi, amigo de Emilio Sagi Barba, el primer propietario de la casa, y quien la construyó, catalanes y amigos entre sí. Se inserta en un enclave paisajístico de gran interés, ya que se eleva sobre una plataforma que domina las afloraciones volcánicas que encontramos abundantemente en estas costas, conservando incluso su antiguo cierre y restos de los que fue el jardín y parque doméstico original.

De su historia nos da referencia R. Llorens (1983, p. 261) cuando indica: “…..Fue construida por el cantante de ópera -Ernesto- Sagi Barba y su esposa, Luisa Vela, por lo que lució el rótulo de «Villa Sagi-Vela». Fue adquirida en los años 30 por don José García, y de ahí, y por su larga permanencia, tomó el nombre, hoy difícil de olvidar, mientras que el primitivo ha pasado al baúl de los recuerdos. El matrimonio Sagi-Vela participaba de la vida alteana, y en las fiestas del Cristo o del Consuelo acudían a la iglesia a cantar sus motetes y solos, hasta que la murmuración les obligó a irse de Altea. Todavía hay quienes recuerdan a Telmo Vela, hermano de Luisa, y violinista célebre, así como al niño Sagi-Vela, después famoso y renombrado cantante de ópera.”

 

Cap Negret

Se trata de un afloramiento volcánico (de ahí su característico color negro) de rocas ofitas en la que se incluyen cristales granates. La erupción volcánica de origen submarino estuvo asociada a la ruptura de Pangea.

El cabo, o el túmulo de Cap Negret está formado por una gran mole basáltica con restos de extracción de piedra, extracciones que se realizaron a lo largo de los siglos y que industrialmente se explotaron en la época de los años 30 del Siglo XX, en paralelo al filón basáltico de la Cantera de Calces, el material de ambas extracciones dio origen al proyecto y la construcción del embarcadero que funcionó en estas décadas y del cual quedan restos, además de la caseta de administración actualmente en uso como vivienda de recreo.

 

Asentamiento ibérico de Cap Negret

En el promontorio del Cap Negret existía un yacimiento, hoy destruido, que ocupaba sus alrededores y se adentraba en el mar. Los restos arqueológicos encontrados señalan la existencia de un hábitat ibérico con un santuario de culto. Este poblado íbero tiene una cronología entre los siglos IV-I a.C. y posible perduración hasta el siglo I d.C. Francesc Martínez en 1943 publicó el hallazgo de un ungüentario, dos terracotas, dos lucernas y una mano de bronce. En 1997 la arqueóloga Feli Sala descubrió la muralla del poblado, además de cerámica ática de barniz negro, un ejemplar de figuras rojas, cerámica campaniana, imitaciones púnicas, sigillata itálica, vasos de paredes finas, cerámica de cocina y común importada, ánforas ibéricas, púnicas y romanas, cerámica ibérica común, pintada, gris y de cocina.

 

Las torres de Cap Negret

En 1563 el ingeniero Juan Bautista Antonelli advierte de la necesidad de edificar una torre en Cap Negret para reforzar el sistema de vigilancia costero durante el reinado de Felipe II. En la costa de Altea ya existía la Torre de Bellaguarda que vigilaba el lado meridional del río Algar, la torre de Cap Negret surge por la necesidad de guardar el margen septentrional del río y así vigilar el acercamiento de naves enemigas en busca de aguada o de botín en tierra.

A mediados del siglo XVIII se proyecta la construcción de un castillo a modo de fuerte reutilizando en parte la torre renacentista de Antonelli, de la cual da noticia los planos de Francísco Ricaud fechados en Valencia en 1739 en el cual aparece un Fuerte no construido de autoría del ingeniero Nicolas Bodín. A mediados del siglo XIX el conjunto de edificaciones está destruido y en ruina.

 

Referencias bibliográficas:

ESPINOSA RUIZ, A. “Arqueología: importantes descubrimientos en la Campaña de Verano de prospecciones arqueológicas subacuáticas entre Altea y Benidorm”, en Revista Altea, 1994, n. 185, p. 4-8.

GALIANA SORIANO, A. “Descripcions antigues de la costa de la Marina Baixa”, en Sarrià n. 2. Altea, 2009.

LLORENS BARBER, R. Diccionario de Altea y sus cosas. Altea: Revista Altea, 1983.

— Historia de Altea, siglo XVIII. Altea: R. Llorens, 1988.

MARTÍNEZ GARCÍA, J. A. “Patrimoni arqueològic d’Altea”, en I Jornadas sobre la actualidad del Patrimonio Arqueológico y Etnográfico de la Marina Baixa. Elx: UMH, 2005, p. 37-48.

MARTÍNEZ I MARTÍNEZ, F. 1943: “Antigüedades de Altea: Cap Negret”, en Saitabi 4. València, 1943.

— Folklore Valenciá. Valencia: Societat Valenciana de Publicacions, 1927 (Reprod. Altea: Aitana, 1998).

ORTS I BOSCH, P. M. y J. PASTOR I FLUIXÀ Carta Pobla d’Altea. Altea, 1988.

SALA SELLÉS, F.: “El poblado ibérico de Cap Negret (Altea, Alicante)”, en Excavacions arqueológiques de salvament a la Comunitat Valenciana (1984-1988). Intervencions rurals. València: Conselleria de Cultura,1990, p. 20-22.

Textos de: M del Rey, J Martinez i P. Soler